LA GRITA
confusión de voces
Reescritura de Las moradas del castillo interior de Teresa de Ávila
Gladys Mendía
2008-09-10
A mi madre, Gladys.
A mis abuelas Carmen y Berta.
A mis tías Blanca y Olga.
A mis hijas, Bárbara y Érika.
A mis hermanas, Zobeida y Soraya.
A mis primas Nathalie y Thaís.
A mis sobrinas Ariadna, Dennís, Rosiangélica y Maricarmen.
A Teresa de Ávila.
“La crudeza del mundo era tranquila. El asesinato era profundo.
Y la muerte no era aquello que pensábamos.”
Clarice Lispector
Primer Peldaño
Barahúnda
Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Teresa de Ávila
esto no puede comenzar así las palabras son hielos que ruedan por el suelo antes de ser charco aguas turbias invaden los pasillos el incendio en sonoro parpadeo muestra el doble reflejo no les puedo decir lo que pasa tal vez si las abrazo si llevo sus oídos a mi pecho
alguien llama no abran no espero a nadie el viento helado de los charcos asesina miren cómo estamos con el agua hasta las rodillas qué haremos con tanta agua cuiden sus oídos de esos charcos de miedo
estaba tejiendo y se perdieron mis hilos cuando entraron las primeras gotas al castillo les conté sobre las aguas turbias que cuando entran no salen antes fue en el sueño por eso dije que cerraran la puerta miraba por encima del hombro hacia atrás unas luces querían ahogar mis ojos ahora mis vestidos y zapatos mojados en el castillo donde todos entran
los murciélagos cuelgan del techo ¿escuchan ese sonido? es como en el sueño hermanitas saquen las gotas que me confunden los charcos
camino dormida por los pasillos subo escalón tras escalón metálicos murciélagos cuelgan por qué no sacan la pestilencia del castillo mis hilos ahora los recuerdo estaba tejiendo a la hora de las gotas unos abrigos para el verano
mis manos dónde dejé mis manos
hay tiempos donde se vive el mar como un sueño recurrente no sé si deba contarlo ay hijitas el mar se lleva mis manos
cada dedo en la boca de un pez moribundo
dijeron que estamos en el castillo de gotas sobre los reflejos del incendio el castillo doble reflejo sin patio y sin perro en medio de la autopista
quién llama a la puerta no quiero abrir les dije que no estoy el incendio deja su huella en los charcos el doble reflejo intenta cantar toda esta barahúnda
hijitas los vecinos están de fiesta
se escuchan sus canciones alegres se escuchan sus pasos de baile ¿les dije que me gusta bailar? ahora lo recuerdo eso del sueño recurrente todo empezaba en la orilla viendo las olas una grande venía hacia mí corría y miraba hacia atrás la mano del mar me perseguía todas las noches lo mismo el sudor helado de la huída
siento un mordisqueo en los talones con las aguas turbias siempre llegan los peces raros hoy es viernes comeremos pescado
hijitas por qué no creo por qué los brazos caídos por qué la ausencia de voz
desde el primer piso se ven las escaleras de arena
no hay pasamanos no hay extinguidor hijitas quería decirles que siempre se sube con la boca seca y el agua hasta las rodillas
ruedo por el piso en vueltas de canela conozco bien cada astilla hundiéndose en la espalda
quisiera encontrar el silencio quisiera pero no sé
las escaleras sólo existen para subir
con la lengua volteada intento correr
pero no logro avanzar
y todo por la prisa
desde aquí puedo ver las puertas dejamos una abierta todo está lleno de polvo todo luce desgastado
hermanitas quería decirles que si subo un escalón ustedes suben conmigo
duele el destierro
me duele tanto como lo amo
duelen los charcos que desconozco
no sé si quiera explicarlo más tarde
puedo pasar siglos en un escalón sabían?
hermanas por debajo de la puerta sale un reflejo luminoso no sé si es agua o fuego todo depende de la mano que lo toca
ya escribimos la cordillera pero no es suficiente hermanas los charcos se me caen de las manos
veo hojas de árboles como gotas las veo bajar del cielo sonando río y son puñales livianos como plumas
estaba pensando en el tiempo de los charcos
es un tiempo muy quieto parecido al de las rocas
estaba pensando hermanitas en la nieve
los cristales estallando
nosotras cayendo como rosas de hielo sobre los charcos
hay tantos cuartos como latidos
hay tantas ventanas como espejos
el viento se enfurece con las cortinas
los portarretratos
las figuras del armario y caen
caen porque todo cae
finalmente
hay un brillo adentro hermanas hay un brillo sin charcos que no se parece a nada
Segundo Peldaño
Turbaciones
Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa
Teresa de Ávila
hermanas
esta náusea no se quita
miro alrededor y nada
de nuevo todo está oscuro
cuándo se acabará esta noche
cuándo llegará el alba
hermanitas siento mareos de abismo
ayer encontré serpientes
bajando las escaleras
tropecé con ellas
caí
era un hervidero al caer
tapé mis oídos
y escuché una voz
pienso salir del castillo
la voz insiste que no lo haga
esta voz es tan dulce
susurra que deje de andar
por castillos ajenos
que afuera
no hallaré paz
tengo sed
tengo hambre
pero esta sed
y esta hambre
no se quitan
con pan y agua
hijitas
en ocasiones me busco
y no me hallo
ando derramada
como charcos por las escaleras
paz
me dice el dulce susurro
pero cómo
Tercer Peldaño
Combates
El amor cuando es crecido
no puede estar sin obrar,
ni el fuerte sin pelear,
por amor de su querido.
Teresa de Ávila
después de mucho subir
apenas el tercer peldaño
hermanitas
no hay nada seguro
cada paso es un salto al vacío
el dulce susurro dice que no suelte las armas
que no se puede dormir ni descansar
una vez que el ascenso ha comenzado
el viento azota las puertas
justo al crepúsculo
son truenos golpeando el pecho
hijitas
cuándo terminará este sobresalto
este perderse muchas veces es harto cansado
este hablar sin decir
la dulce voz susurra que tenga quieta el alma
que trae ungüentos para sanar las heridas
Cuarto Peldaño
Entrega
Veis aquí mi corazón,
yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,
mis entrañas y afición;
Teresa de Ávila.
en el cuarto peldaño entra un rayo de luz
hermanas
no ha sido fácil llegar
el aire luce transparente
ya no hay murciélagos
ni serpientes
las aguas turbias apenas son un mal recuerdo
antes era todo confuso
estrecho
el pensamiento afuera
el alma apretada
así era la barahúnda
era dos siendo una
padeciendo y mereciendo con este padecer
siento unas manos
vienen en sueños
son blancas
sus dedos largos buscan el corazón
se detienen a escuchar sus latidos
me acarician
y suave crean primaveras en estrellas
que caen sobre los manantiales
todo es complaciente dulce y lento
dilataste cor meum en cada latido
el castillo crece con esta fuente
emanando emanando emanando
Quinto Peldaño
Tesoros y deleites
Aspira a lo celeste,
que siempre dura
Teresa de Ávila
I
no queriendo ver
me muestra más
el sol desde su llama
en este peldaño
el viento nombra
el alba exhala
los sentidos se adormecen
las potencias
las fuerzas del cuerpo
no sirven en el quinto peldaño
hijitas
no dilatemos la subida
buscando las razones
la dulce voz nos lleva
como el esposo
conduce a la esposa
a la bodega del vino
esa bodega
donde está el néctar
es adentro
profundo
en el eje del alma
II
la dulce voz dice
hay que morir
en una muerte sabrosa
y gozar el nuevo día
III
el provecho de un alma
ilumina a las demás
el camino recorrido
ensancha el castillo
la verdadera unión
es descanso en el cuerpo
hermanas
hay que morir para vivir
esta es la victoria
la verdadera unión
IV
quisiera decirles
pero entiendan
naufrago entre sonidos
Sesto Peldaño
Heridas
“Mira que el amor es fuerte;
vida no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.”
Teresa de Ávila.
I
debo salir
procurar la soledad
apaguen la luz
que sean sus ojos
la lumbre del castillo
en el sesto peldaño
recios dolores preñan el cuerpo
la dulce voz dice paciencia
dice tallo de maíz
hijitas
estamos a la espera de las lluvias
y soñamos con el mar
ayer volvió a aparecer mientras dormía
construíamos castillos
luego venían olas blanquecinas
a llevárselo todo
quisiera decirles
pero las palabras me golpean los labios
quisiera obedecer el recado
pero escribo dando vueltas
con esta grita en el pecho
con esta lanza en la lengua
II
les digo quédense
hermanas
esperen el rayo
aunque no se escuche
hace un temblor en el alma
quema un poco
por lo mismo hiere tanto
dejando ganas de padecer más
III
hay otras maneras de despertar
no sólo el sol alumbra
el aliento toca
brilla y dicta palabras
con poco se entiende harto
y queda un sosiego consoladísimo
por muy mucho tiempo
IV
el dulce susurro
su azulada voz saturada del veneno del mundo
muestra algunos secretos en este peldaño
manantiales resplandecientes en el desierto
inician nuevas andanzas originarias
pactos secretos en la cima de los adentros
destellos y fragmentos de espacio inexistente
nada nada nada
no les he dicho nada
y se llena el pecho de una grita
de una grita intoxicada que me condena.
V
hijitas mías
no puedo resistirme al vuelo
ese vértigo etéreo de la voz
en mis paisajes más extraños
timbra el pulso en la roca del corazón
se oye el tiempo y su efecto exponencial
la voz gigante ahora poderosa
sostiene el océano
mi conciencia sopla
una velocidad temible me apresa
y este peldaño se vuelve marejada
suben las aguas
salen de cause
es así como el dulce susurro aparece
que no sé bien si es cosa de nombre
VI
desde la sombra viene la esfera azul
aparece proyectada hacia el vacío
atraviesa el cuerpo los cuerpos
al inicio es un grano de arena
pronto se dilata manto circular
la respiración acompaña su ritmo
y vuelve a ser ínfima diminuto hálito
sigue este juego que no sabré explicar
ni por qué lo he venido a decir
VII
siento las quiebras de la grita
son canciones repetidas
que decido no escuchar
el dulce susurro dice soy luz
hijitas
les digo
es barranco
VIII
oigo cara a cara
la voz me mira
entra preguntando
esto puede tomar siglos
quiere quiere
podría decir no
disfrazar el barranco
construir falsos puentes
IX
susurra sea arcilla
digiera el veneno
no hable de las heridas
no hable
no hable
sea arcilla
X
hijitas
se muestra
son diversas sus formas
XI
los padecimientos del alma
esa lanza apuntando
el centro de lo incorpóreo
ese dolor sin carne
con qué palabras se explica
Sétimo Peldaño
“No está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho, y así lo que más os despertare a
amar, eso haced.”
Teresa de Ávila.
I
todo espera ser dicho
pero no sabemos cómo
sólo intuimos
que esta grandeza no tiene fin
II
el esperado encuentro
la dulce voz se derrama
el alma se abre
ya los colores no existen
ni el sonido
algo ocurre
un saber inesperado
una delicia sostenida
III
un olvido de sí
la soledad en compañía
el silencio
el sosiego
IV
este deleite
hermanas
este encandilarse sin mirar |