ZUNÁI - Revista de poesia & debates

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JOAQUÍN MORALES

 

 

 

 

amor amor

 

ay amor mío

pezones de mazapán

nalgas de algodón

etcétera de nácar

untémonos de suficiente chocolate

salpimentemos la dulzura que nos une

intercambiemos opiniones

ruiditos

amables maltratos juiciosamente bienvenidos

 

ay amor mío

qué difícil saber

dónde comienza uno, dónde termina el otro

si esto que toco es tu alma

y si aprieto fuerte ¿ te duele ?

si nacimos por descuido de Afrodita

de la baba de un tritón

que invadió un lago tropical

 

ay amor mío

este saborcito me recuerda otras delicias

esta húmeda región otras visiones

este ombligo nuestro

un Sakiamuni de yeso que una vez rompí

cuando era niño

 

ay amor mío

mejillas de mazapán

labios de jengibre

la panza quebrada del Sakiamuni

múltiples pedazos repartidos

no perturbaban su sonrisa eterna

 

 

 

Invención de la gavota

 

El bando de la orilla izquierda

capturó un imprudente pescador enemigo.

Armaron una horca a la vista de los otros,

y lo colgaron,

y mientras tanto saltaban

con nuevos movimientos jubilosos

que no eran danza todavía.

El ahorcado,

suspendido en el aire como pez boqueante,

pataleaba sin la interferencia

de la gravedad o las tradiciones.

 

 


Mala memoria, malos actores

 

Repleto el ómnibus de gentes de todas las tribus

hermanadas en silente o ruidosa soledad

adormecida la usual belicosidad por el cansancio

rumbo al aburrimiento doméstico..

 

violentamente fueron abiertas las puertas

fuerte viento y remolinos de arena

lastimando los ojos

luces relampagueantes como letreros de neón

y una distorsionada voz

clamó potentes a nuestras espaldas.

 

Otra vez el ilustre stil antico,

un barroco un tanto ingenuo

adaptado al uso local,

la divina exhuberancia con presupuesto recortado,

dos o tres estropeados ángeles

a punto de perder el equilibrio en la estribera

 

de modo que mi vecino de asiento y yo

nos miramos:

 

¿Es para usted El Mensaje?

¿Es usted el profeta de turno?

¿Seremos abducidos, transfigurados?

¿Le toca a usted o a mi?

¿Seré acaso yo, vecino?

 

Sofocos, codazos, empujones,

prodigios variados y signos de la época,

decisiones que tomar rápidamente

y nadie recuerda exactamente su papel.

 

Los ángeles resbalaron,

yacen aplastados en un cruce de callles,

un olor a plumas quemadas e incienso sintético

insiste en no abandonar el aire adentro,

puertas chirriantes se abren y se cierran

y somos completamente diferentes

según el lado.

 

 

 

alter ego

 

ahora que las gradas del pórtico guardan el

rumor de las últimas hojas de otoño,

la última vacilación antes de cerrar los portones;

ahora que tampoco tendremos frutillas este invierno

ni francamente mucho tema de conversación

- porque nunca nos dijimos gran cosa - ,

sólo el barullo de los primos y sus proyectos,

las tías y sus bufandas.. ahora te anuncio que estoy aquí,

al borde mismo de tu aliento.

he decidido que acepto tus oscuridades,

las poderosas fases de tu luna interna.

te ordeno que no opongas resistencia y me dejes

palpar la vieja cicatriz en tu hombro izquierdo.

tu corazón late como ninguno, tus ojos

me hieren para siempre desde la foto en la sala,

tu mano puede estrujar mi garganta,

pero hay algo en que no me ganas y es

que aún te odio pero ya no me importa. también

te ordeno que admires mis complicados reflejos,

y te pido que pienses un poco, después, al irnos,

¿quién de los dos nació primero ?

 ¿quién es criatura del invierno y quién

habitante de esa criatura?

yo hace tiempo que estoy loco y a veces

confundo caras, sillones, minutos, reinos y desastres.

abrázame fuerte y respira hondo

para sentir si estamos aquí los dos;

o al menos tomemos café y charlemos

del invierno y sus peligros y aburrimientos.

en agradecimiento y justa compensación,

aquí te traje este poema.

 

 

 

de compras en el mercado: placeres del escepticismo

 

vendedor de frutas o traficante de estandartes,

de todo aquél que algo me promete

yo desconfío en proporción,

fingiendo que su pregón me convence.

 

porque todo lo que es cáscara confunde,

con moderada presión de índice y pulgar

puedo averiguar exactamente

la sazón de las naranjas,

el azul desorden de un pescado.

 

talvez – yo siempre sospecho –

talvez el verdadero moho y lo más pegajoso

estén al otro lado:

en el dedo que palpa,

en el ojo que mira.

 

y me redimo de esta hipótesis

charlando con quien se me cruza:

de sus razones para la escasez,

 o el bajo precio de cualquier fruta.

 

nadie sabe nada, pero se vende todo.

ayunar

es un arte.

 

 

*

 

Joaquín Morales (Asunción, Paraguay, 1959). Miembro de la generación del 80. Publicó:  Postales de Bizancio, 1985.  Poliedro, 1986.  Historias de Babel, 1992. hurras a bizancio, 2005. musica ficta, 2005. En preparación: tratado de [di]glossas sobre cláusulas, e analecta de discursos exemplares.

*

 

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