ZUNÁI - Revista de poesia & debates

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LUÍS OSWALDO TUDESCO

 

 

HOMBRE DE SU CASA

I

EL YA VENCIDO crece,
come de mi boca y crece,
el derramado, el desestimado
crece como lo irremediable crece,
come y crece, se desplaza
a la zaga de las grandes expansiones,
come con el sigilo del que roba
come de mi sírvete el aún,
el todavía soy de la contienda,
come sin hambre,
               viene por más,
                         crece me despoja mata.


II

UN ESPEJO en la sala, un espejito
detrás, en el pasillo, en el sinfín
de cada puerta, hay espejo en el baño
y en la pared azul del dormitorio,

es multitú mi sombra solitaria.


III

PREFIERE quedarse,
prefiere no llamar, no ser llamado, 

prefiere extenderse y vigilar
sus pasos en la casa, la quietud
del cuerpo en el sillón, la cosa muerta

de nadie ante sus ojos,
de nadie en el vaivén de la piecita,

un hombre tras el orden de la casa,

un hombre sin palabras y el acecho.


IV

VIVE ENSIMISMADO, él, decente
como es, sujeto mártir extasiado

en su propia ebullición, suda crispa
sus nervios, se defiende manotea
la masa semanal de su erotismo,

todo bien, los chicos bien, la jermu
gorda como él, metida para dentro
como él, pegoteados en la salsa

rubí de los domingos, todo en orden,
se dice, peor es nada, se dice,

sin nada que decir la vida alcanza.


V

RESTOS DE ALMA quedaban por ahí,
en la cocina, en el triste ropero,
en la pared donde la cruz sostiene

la ramita de olivo, la estampita,
la foto de los dos, la cinta negra,

lienzo de luz la sábana constante,

el hombre deja todo como está,
el hombre se persigna luego duerme

solo y transido el cuerpo de su sombra. 

 

LO BUENO DE LA VIDA

I

LA DEVOCIÓN cerebral, el idioma
que embiste draga manotea purga,

el idioma sin madrecita buena,
sin padre ni país sin casa propia,

             vibrante como el tomate,
             compadre como el asado,
             suntuoso como el durazno,

tenso como el sabor del mate amargo,

el idioma cabrero del despojo,
el rigor de las voces amarradas,

livianito inestable dentrecasa
como de tu batón el frenesí,

el recluso sin dios, el pensamiento.


II

EL PODEROSO VINO, Catalina,
y del poeta el ancestral salero,

el mar en tu mirada ensimismado,

mesa, catrera, lámpara, ropero,
la enmarañada sábana en el piso,
todo nuestro el Efímero Constante,

hambre, risa, sueño, tu timidez
en gigantesca levedá crecida,

sin culpa ni amenaza nuestra duda,

todo palabra en unidá flotante.


*
 

Luis Osvaldo Tedesco nasceu em Buenos Aires, em 1941. Publicou os seguintes livros de poemas: Los objetos del miedo (1970), Cuerpo (1975), Paisajes (1980), Reino sentimental (1985), Vida privada (1995), La dama de mi mente (1998), entre outros. Edita, junto com Ricardo H. Herrera, a publicação semestral Hablar de poesía.

*

 

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[REVISTA ZUNÁI- ANO III - Edição XII - MAIO 2007 ]