DEL VERBO AMAR
Me leo con tu voz.
Me inscribiste como paisaje
de despedida.
Dibujaste mi cuerpo como soledad
pronunciada con tu acento.
Tú eras todo lo
que yo sabía del verbo amar
En tus versos mi imagen
me da de mí tu ausencia
que alimenta tus entrañas con la impureza
de mi sangre.
Vuelve
Te ofrezco la yugular
abierta
para que bebas de mi esencia
contaminada
para que tu escritura se nutra
de mi peste.
Tus palabras
servirán de vacuna
contra la lepra
que suda mi naturaleza.
Tú eres todo lo
que sé del verbo amar
Bébeme, desángrame,
vacíame.
Te ofrezco todas las muertes
que engendra mi deseo.
Tú, que pudiste
salvarme
de mi distancia
de esta lejanía.
Tú
que pudiste salvarme...
pero miento,
siempre he mentido,
porque mi exilio
nació conmigo.
LABERINTOS
Elijo
lo
femenino de mi ciudadanía
lo
masculino de mi nacionalidad
desentonar
sin
acento
que
diga un país
ni
ritmo
hecho a la medida.
Anhelo,
la
negación
los
paisajes que reconozcan
los
nuevos signos
de
mí
revisar
en
la magia de los márgenes
el
deseo
arraigado
de una tradición.
Busco
en
los mapas del alma
regresar
a
los laberintos
de la palabra.
MEMORIAS DE UN VACÍO
porque no existo
me
instalo en cada una
de
las grietas del recuerdo
más allá
del vacío
su
forma:
la
caligrafía de la nada
y
sus tendencias
ópticas
Vislumbro entonces
el
margen que me nutre
y
que me expulsa
de mí
tengo
memorias
que
la
palabra borra
NÓMADA
En las largas mesas del tiempo
beben los cántaros de Dios.
Beben hasta el fondo los ojos
de los videntes y los ojos de
los ciegos, los corazones de las
sombras imperantes, la mejilla
de la tarde.
PAUL CELAN
Vengo de un pueblo condenado
a errar por tierras extrañas.
Tres días caminaron
a
la sombra de Babel.
Heredo de ese tiempo
un mapa y un cielo.
De mi raza
el rasgo de la ausencia me delata
y una certeza:
antes de la tormenta
de
las sequías
de
tu mirada
de
mi orfandad
de
aquellos fuegos
y antes de las sombras que les precedieron
había un antes
que la memoria me pide, rescate
Pero he llegado tarde
las
lluvias han pasado
los
ríos regresan a su cauce
e
alzan las ciudades en el horizonte
y se me prohibe la entrada
Aquí, a sus puertas
espero
la
resurrección del recuerdo
del
yo que era
Sus heraldos exigen que
renuncie
a
mis nombres
mi
sangre
mi heredad
y que disfrace la voz
y jure
por la fe de su idioma
desde el Bronx
a mi ciudad
desde los ojos
de
esta niña negra
a mi mirada.
desde Africa
a Sudamérica
desde la esclavitud
a la posmodernidad
desde nuestro inglés
a nuestra marginalidad
desde su brasileño
a mi mal gallego
desde este español
a su voz ¿E voVe que faz aqui?
desde la inocencia de
una palabra
a la memoria de una raza.