ROY SIGÜENZA
De Ocúpate de la noche (2000)
EN EL HOTEL
i
Una cama es todo lo que hay aquí
Sobre ella innumerables cuerpos se recuerdan
ii
“Está prohibido escribir en las paredes”
señalaba un edicto en la pared del cuarto,
“todo lo demás está permitido”
le agregamos él y yo, riéndonos
iii
Alguien estuvo antes de mí
en este cuarto
solo
y supo
que alguien estuvo antes de él
en este cuarto
solo
ESCONDITES
Los hoteles no permiten
parejas de hombres
enamorados en sus cuartos
(aunque presuman de heterosexualidad
el recepcionista siempre tiene sus dudas)
para ellos están las casas abandonadas,
el monte, los parques,
los asientos traseros de los cines,
los autobuses
(las luces apagadas)
hasta donde acude el amor,
los llama y los acoge.
EPITAFIO PARA LA TUMBA DE WYSTAN HUGH AUDEN
Peregrinó por el amor
(desconfiaba un poco de sus hallazgos, era cierto)
hasta su último día,
aunque supo que solo en la poesía lo encontraba
(siempre intacto).
De hecho, fue un iluso
cuando tomó el avión de Oxford a Viena
para verse con su amante, un tal Chester Kallman
(el joven aprendiz de poeta que lo sedujo
recién llegado a New York).
No te esperaba, era visto,
no te esperaba Wystan Hugh Auden
que hoy yaces aquí
(a salvo de ti mismo)
tan seguro, como siempre, de que el amor te fue fiel
y de que le correspondiste.
ADRIANO EN PIRENE
Tu cuerpo / en él muero
Ven Antínoo / los dioses duermen
*
Roy Sigüenza (Portovelo, 1958). Poeta y cronista. Es autor de Cabeza quemada (1990), Tabla de mareas (1998), Ocúpate de la noche (2000), La hierba del cielo (2002) y Cuerpo ciego (2005) y Abrazadero y otros lugares (2006). También están los libros de crónicas ¿Y vieron bailar el charlestón a la “Chiva” Marina? (1991) y Portovelenses S.A. (1999). |